Es tan grande mi cama y tú tan lejos... siempre lo has estado, pero ahora la sensación de lejanía es aún mayor, pues tu sonrisa inunda mis pensamientos. Es irónico el saber que al estar en mi mente, recuerdo que estas a kilómetros de mí. Aunque esa distancia no es la que me preocupa.
Odio el pensar en ti cuando estoy a punto de dormir. Ya no puedo hacerlo y solamente me preguntó qué harás. Seguramente soñar. Dormir. No más.
Ya son cuatro los cigarros y estoy harto de ver el humo chocar contra las estrellas sin que pase algo.
Ese día escuché tu voz y sonreí. Me gusta platicar contigo. Siempre tienes cosas nuevas que contar, y siempre mi misma ansiedad de besarte, cuando nunca lo he hecho. Estúpida situación.
Sin embargo todo lo que me llena en una relación lo encuentro en media hora de tus ojos. No necesito sexo ni caricias, solamente el reir y platicar. Jamás creí que pudiera decirlo, pero contigo destapar una cerveza es mejor que abrir un condón.
El sueño llega, tengo que aprovechar este camión, porque el siguiente llega hasta dentro de 30 minutos y no sé si cuando pase aún quiera estar en él.
El McCoy, quien estos días anda muy cuentero.
1 comentario:
Creo que esa persona debe ser muy valiosa, para que la compañía sea suficiente para llenarte :)
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