sábado, 29 de septiembre de 2007

Sólo en México

Este fin de semana me ha mostrado la bipolaridad de México. El sábado tuve que ir al taller mecánico-eléctrico de ‘mi preferencia’. El mecánico –que es muy bueno—tuvo una emergencia familiar y no me pudo arreglar al ‘rompecabezas’, así que como pude, llegué a un mecánico que en mi vida había visto.
No estaba. Su hija, de 17 años de edad y quien leía el compendio de Obras de Sor Juana Inés con Prólogo de Octavio Paz, me dijo que no tardaba, que había ido a un servicio.
Lo esperé hasta las 13:30 horas, y en efecto, llegó directo a ver mi auto.
-- A ver échelo… a ver, otra vez… a ver… otra vez… Sí, es la marcha… ese ruidito es del 'vendix' (o algo así le entendí), pero como hoy es sábado me voy tardar como tres horas, para que me traigan la pieza del otro taller, porque no está abierta la refaccionaria, mire.
Y sí, tenía razón, estaba cerrada.
-- ¿Me lo deja o se espera?
-- Se lo dejo, y este es mi número, me habla cuando lo tenga.
Me regresé a casa y disfruté de uno de los mejores juegos de beisbol del año, Cerveceros contra Padres.
Sólo en México le dejas las llaves de tu auto a un tipo que no conoces, y no le pides ni un recibo a cambio. No fuera un policía, porque hasta el número de placa y nombre le exiges.
Justo a las 17:30, Yadira, su hija, me llamó para decirme que ya estaba listo el auto.
Sublime, bello, hermoso, aún podemos confiar en la gente que trabaja día a día y se gana la comida chingándole.
Pero lo diametralmente opuesto se dio cuando me di cuenta que, en la semana, alguien me robó mi tarjeta de Invitado Especial Cinemex que no tenía ni 25 pesos. Que pena, sólo en México…

El McCoy, quien, pese al ridículo robo, cada día ama más este país.

Para Abril…


Cuando leyó el comentario de Abril, trató de encontrarle alguna lógica, pero no la tenía. Se fijó en la fecha, más de 15 días de escrito. Sin embargo, pensó en contestarle, y lo hizo: “El hecho de que la pluma tenga demasiada tinta es algo bueno, es un síntoma de amor desbordado. Sobre Clem, hay poco que decir… tal vez fue impulsiva, pero si algo tiene… algo, es inteligencia. Es sumamente inteligente. Puede corregir su decisión. Y recordando la frase de mi adorada Azul: ‘Si tu lo rompes, tu lo arreglas; yo lo rompo, yo lo arreglo’. Así pues, el arreglarlo, sólo está en ella’’.
Clem observó a Joel y le pidió el tener una nueva historia. Seguía pensando en que Dios da segundas oportunidades, ojalá así sea. Aunque no todas las Clem del mundo tienen el mismo valor y sobre todo, el mismo amor.

McCoy, quien se sigue preguntando ¿Quién me ha robado el mes… de Abril?

viernes, 28 de septiembre de 2007

Guerras Perdidas - Bacilos

Y para darles gusto a los que votaron (porque ese comentario me sonó a reclamo), les dejo un clásico que a todos gusta. Son los colombianos de Bacilos (bueno, hasta a Arturo le gusta). Y sí... hay much@s cieg@s que cambian el sol de la mañana por un fuego cualquiera... en espera de que esas alas no se quemen, estamos en contacto... Desde el ombligo del universo, el McCoy precioso, el héroe de la película papá!

Vox populi, vox…

Pues esta vida laboral me ha tenido bastante ocupado como para darme tiempo de redactar algo para el blog. Además, he tenido la fortuna de ver a algun@s de mis amig@s saliendo del trabajo y eso hace que llegue muy noche a casa y directo a dormir.
Lo bueno es que ando activo y así no me da tiempo de tener malos pensamientos. Lo malo es que sin tiempo para pensar, los llevo a cabo sin saber cómo.
En fin. Los seguidores de ‘La Pluma…’ han hablado: quieren videos musicales.
Los videos ‘chuscos’ me queda claro que los quieren, por eso ni encuesta hubo, pero para los musicales había algunas voces en contra, como la del buen Arturo, a quien lamento informarle, que la mayoría piensa lo contrario.
Aquí las cifras a la pregunta ¿Debe 'La pluma...' seguir con videos musicales?

No, para eso está MTV: 6%
Me da igual, ni los veo: 13%
Sirven para no escuchar a mi jefe: 0%
Siempre y cuando no sean los de MTV: 13%
Claro, son mejores que los textos: 26%
Sí, pero sólo uno a la semana: 40%

Así pues, habrá videos, aunque no prometo que sean semanales. Disfruten su fin de semana.

El McCoy, quien por una rara excepción, hará caso a la Democracia.

domingo, 23 de septiembre de 2007

Puebla preciosa papá…


Estoy en el nada famoso Hotel San Miguel, en Puebla, que es preciosa papá, como su ‘gober’. La comida es suculenta y el vino estuvo excelso. De los amigos, ni hablar, siempre me consiguen poner de buenas. Y es que las comidas que se convierten en cenas son maravillosas.
El ‘Gaucho’ Julio Giliberti siempre tiene anécdotas increíbles. En la mesa, junto con mi padre, solo hablamos de periodismo y deportes, de historias que ya he escuchado, incluso algunas que yo protagonicé, otras nuevas. He dejado de burlarme de los personajes a los que nos referimos y veo con mucha alegría que ya soy uno de los protagonistas, aunque me lo callo.
‘‘Y entonces te encantó mi Buenos Aires ¿no?’’, pregunta el argentino anticipando mi respuesta. Comentamos mis colaboraciones en La Nación, mis caminatas por Lavalle, las salidas de El Palacio de la Papa Frita con algunos cuartos de vino de más y mi admiración por el hecho de que a las 3 de la madrugada ya vendan el periódico del día.
‘‘Vi tus fotos de hoy, están relindas pibe, detienes a los autos en plena recta… ¿cómo lo haces?’’, pregunta. ‘‘Ya, ya, deja de romperme las pelotas, quieres algunas para tu página, ¿verdad?’’, reviro.
Sonríe y contesta: ‘‘Bueno, ya, no vino mi fotógrafo, así que recurro a la mentira… necesito sólo dos’’.
Termina la cena y caminamos por las calles del centro poblano, lo único que de verdad me gusta de la ciudad. Respiro la tranquilidad de la noche y me preparo para el rugir de motores de este domingo.
A disfrutar de las calles ‘preciosas’ y de esta vida, que vaya, solo tenemos una.

McCoy, quien se niega a dejar su ‘impunidad’ aunque sabe que el regreso a la cima, ha comenzado.

viernes, 21 de septiembre de 2007

Desafuero

Esto es un complot. Cuando gozaba de mayor ‘impunidad’ (ver entregas anteriores), me han ‘desaforado’. Ya no más días hasta las 4 de la tarde en cama, disfrutando de la red inalámbrica. Se acabó eso de hacer visitas a domicilio --o en calle-- a la menor provocación.
Regreso a los ‘horarios de oficina’ en los rimbombantes y nada amados rumbos de Sta. Fe. Este viernes fue mi primer día de vuelta por allá. Afortunadamente Lalo tuvo tiempo para que fuéramos a comer y redescubrir la zona.
Me piden que cuide las apariencias, que los nuevos jefes piensan que mi gran capacidad de trabajo se debe a lo bien hecho de mi nudo de corbata. No les haremos pensar lo contrario, finalmente me gusta eso de ser el Clark Kent región 4, es decir, Superman escondido tras unos lentes y un traje.
Y es que esa es mi función, ser una especie de Superman que lucha por las causas perdidas, aunque no siempre sean las correctas.
El ‘fuero’ ha desaparecido, no así mi sonrisa, que aumenta a cada segundo.

McCoy, quien no tiene que preocuparse por estacionamiento porque tiene tres pisos para escoger.

jueves, 20 de septiembre de 2007

El mayor logro

Cuando me preguntan cuál ha sido mi mayor logro en los 10 años que tengo trabajando en el oficio de reportero, no dudo ni un segundo en contestar. Quienes me conocen podrán pensar que fue cubriendo automovilismo, en los Juegos Olímpicos o en el beisbol. Nada cercano y vaya que, afortunadamente, he tenido algunos hits.
La historia me gusta por todo lo que encierra, porque no sólo fue un toque de suerte, sino que de verdad lo trabajé. Aunque me ahorraré los detalles que hacen la historia en si, para pasar al resultado.
Javier Sotomayor no da exclusivas; cita a conferencias, pero exclusivas, jamás. O al menos hasta ese día. La exclusiva que me otorgó por más de dos horas es, sin duda, lo mejor que he hecho.
A partir de entonces el cubano me permitió acompañarle en una semana de entrenamientos, hasta verlo volar 2.31 metros para llevarse mil dólares de premio. Recuerdo aquella tarde soleada. Soto, como me pidió llamarlo tras leer la entrevista que redacté, caminó en medio del tartán y esquivó a una veintena de periodistas que le rogaban dos palabras para llegar frente a mí, saludar y comenzar a platicar con quien esto escribe.
Eso me hizo darme cuenta que este oficio es mágico. Mientras la gente ‘normal’ mira y admira a los deportistas, yo conozco al ser humano detrás de la figura.
Compartir carretera con pilotos profesionales, ir de compras con un campeón mundial de pentatlón, comer una torta con el máximo boxeador olímpico, comer helado con las campeonas mundiales de Softbol, jugar golf con un beisbolista de Grandes Ligas, ir a cenar con una esgrimista, eso no te lo da ningún otro oficio.
Son ya 10 años de pegarle a la tecla y, totalmente consiente de mis palabras, puedo decir que el periodismo me ha dado las mayores satisfacciones de mi vida, tanto profesionales, como personales.


McCoy, quien aunque incursione en muchos oficios, siempre regresa a la sagrada labor de informar.

martes, 18 de septiembre de 2007

Impune

Son las 16:20 y finalmente me decido a desayunar. En mi mente retumba el ‘impune’ que horas atrás escribió –en broma-- Miriam en la ventana del Mazinger z. Impune… me gusta esa palabra. Impune por seguir en mi cama hasta las cuatro de la tarde… impune por trabajar desde ahí y ganar para la papa… impune porque puedo salir a la hora que sea a ver a quien lo solicite… impune por vivir a mi manera… pero sobre todo, impune a los ataques de quien ya solo está para tratar de hacer daño… Impune… impune…
Pienso en todos los impunes que existen en el mundo. Me da flojera calentar los huevos revueltos y los frijoles en el sartén y decido que el microondas se inventó para impunes como yo.
Ahora confirmo que cuando vivo solo es cuando bajo de peso… Me da aún mas flojera calentar las tortillas en el comal, y voy por el pan integral.
Cuando termino de comer llegan mis ‘pas’. Los viejos me regañan por no comer bien. Pues es que no había nada hecho y me dio flojera abrir el refri para hacer algo, contesto. Hay tres guisos en el refri, reviran.
No importa, estoy feliz… soy impune.

McCoy, quien impunemente camina descalzo mientras piensa en cómo divertirse hoy.

domingo, 16 de septiembre de 2007

Cine de tres pesos


El 13 de septiembre, mientras los niños de Primaria estaban bajo el Sol viendo una representación --que no entendían-- sobre la Defensa del Castillo de Chapultepec, me acurrucaba en una incómoda butaca de Cinemark Pedregal.
Y es que no pude evitar caer en la tentación de la que parecía ser una ‘súper promoción’: 10 pesos el boleto por función. ‘Cinemark a la Mexicana’ duraría solamente un día. Sólo películas mexicanas en cartelera. Sonaba bastante bien.
La primera de las películas que vi fue Así del precipicio, y de no ser por Esteban, Tania y yo, no la hubieran proyectado. Lo bueno de estar en una sala vacia es que puedes platicar, ocupar tres butacas y hasta llamar por teléfono si la película es mala.
Fueron las tres cosas que hice. Los desnudos de Anita e Ingrid son lo único que valen la pena (y vaya que lo valen) porque lo demás es una auténtica basura. Pretextos baratos para mostrarlas desnudas, drogas para justificar que tocaron temas sociales y hasta un ‘galán’ que resulta gay.
Primer revés. Entendí el porqué la sala estaba vacía.
Después vino Kilómetro 31. Con el antecedente de Así del precipicio, y leyendo que era una película de ‘terror’, esperaba lo peor. Ahora ya éramos 10 en la sala. Con más sueño que ganas, me llevé una grata sorpresa. La ‘peli’ está bien realizada, tiene una buena producción y la historia te mantiene entretenido. Nada para echar las campanas al vuelo, pero al menos cumplió. Tres palomas.
Después de comer, mi nueva acompañante fue Mar, quien resistió estoicamente el peor martirio del año. Prefiero tres nuevas relaciones fallidas (y ustedes, mis amigos, saben como quedé de la última), a tener que ver de nuevo El Búfalo de la Noche. Desnudos injustificados, una historia sin pies ni cabeza, mala dirección, vaya, lo peor de este y muchos años.
Pero la culpa la tuve yo pues el buen Gama ya me había advertido que Diego Luna sólo tiene un papel, el de Diego Luna. ‘‘Que nos regresen nuestros siete pesos’’, dijo Mar.
-- Pero pagamos 10…
-- Por eso McCoy… esa película apenas vale tres pesos…

McCoy, quien no quiere ver una peli en español en muchos meses.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Formateo: finalizado

El análisis era claro: la lap tenía virus. De hecho, estaba infestada de virus, 15 en total. Los comandos que introducía no servían de nada y sólo quedaba una opción al respecto: formatear.
No lo pensó mucho, necesitaba trabajar, y, finalmente los archivos de trabajo estaban respaldados en la PC.
Con la instrucción vía radio del ‘ingeniero precioso’, supo que con F11 se comienza el formateo. Sabía que perdería algunos archivos que no tuvo tiempo de respaldar, direcciones de internet y hasta algunos teléfonos de contactos, pero vaya, se podrían conseguir nuevamente.
El proceso duró toda la noche. El formateo, las actualizaciones, la instalación (de nuevo) de varios programas… incluso se extendió hasta la tarde del día siguiente. Una vez terminado, comenzó a revisar carpetas.
Copió los archivos de trabajo de la PC y de nuevo su lap se alimentaba, pero le extrañó el no ver una carpeta, una carpeta de fotos.
Sin desearlo, había borrado todas las fotos de Ella. Esas imágenes que le había tomado con tanto amor, esos instantes donde estaban abrazados y sonreían. También se había perdido ese ‘videoclip’ que estaba a punto de terminar. Su sentimiento no era de dolor, tal vez era lo único que faltaba para olvidarla.
Finalmente había sido ella quien mató la magía, quien no supo hablar con la verdad y decir las cosas como eran; quien no tuvo el carácter para afrontar la realidad y se dedicaba a dar vueltas. Ahora sentía un alivio que no conocía.
Claro que la extrañaría, al igual que a su joven compañera de casa (la de ella), quien también le dio del calor de su cuerpo en más de una ocasión –con mayor y verdadera entrega--. Hoy, no sabía a cual de las dos extrañaría más, pero tenía claro que su elección había sido equivocada, no debió cambiar una buena cama, por unos lindos ojos. Había perdido las dos cosas.
La ausencia de esa carpeta de fotos no era por casualidad. La actualización de la lap había terminado, estaba listo para comenzar a meter nuevos archivos.
McCoy

martes, 4 de septiembre de 2007

¿Conoces a John… Reilly?

Las películas Magnolia, Por Amor, Pandillas de Nueva York, Días de Trueno, y Talladega Nights tienen algo en común. Además de ser algunos de mis filmes favoritos, comparten algo aún más importante: John C. Reilly. ¿Y ese mono quien es?, se preguntarán muchos.
Pues John es el policía enamorado de Claudia; Happy Jack; el cátcher de Billy; el mecánico de Cole y el piloto estrella de NASCAR, Cal.
Creo que John es uno de los actores más subestimados de la industria, obviamente porque no es la cara bonita que las chicas esperan ver en pantalla, sin embargo su talento es mucho.
Ya he platicado en entregas anteriores que los musicales me cagan, pero en Chicago pueden ver a John como Amos Hart. En El Aviador como Noah Dietrich… y la lista es interminable. Drama, acción, comedia, todo le sale natural al regordete John. Siempre consigue involucrarnos en la trama, meternos en la historia y reflejar los sentimientos que su personaje.
Billy Chapel: I don't know if I have anything left.
Gus Sinski: You just throw whatever you got, whatever's left. The boys are all here for ya, we'll back you up, we'll be there, cause, Billy, we don't stink right now. We're the best team in baseball, right now, right this minute, because of you. You're the reason. We're not gonna screw that up, we're gonna be awesome for you right now. Just throw.
Y son maravillosos, y él lo es. Los bateadores quedan fuera uno a uno y después comienza a llorar mientras carga a Kevin Costner, es entonces cuando el espectador siente lo mismo que Gus. Sublime.
Valgan estas líneas como un homenaje para John, un cuarentón con entradas en ese despeinado cabello y redonda nariz.

McCoy, quien apenas se dio cuenta que en sus pelis favoritas, siempre aparece el mismo rostro.

Intoxicados - Nunca Quise

Ayer no pusimos cancioncita para iniciar la semana. Seguimos con los argentinos, en este caso el Maestro Calamaro. El video no me agrada del todo, pero la letra de la canción es maravillosa. Va dedicada... espero que te guste y que estes de acuerdo. En fin... les dejo con Nunca quise, de Andrés y los Intoxicados... McCoy

¿Qué Batman te gustó más?

Una vez concluida la semana de encuesta, tenemos cifras sobre cuál es el Batman preferido por los lectores de ‘La Pluma…’. Michael Keaton se llevó de calle la preferencia, con el 54%, una mayoría aplastante y no como los que eligieron a Calderón.
Christian Bale sumó el 27% y el genial y bailador Adam West se llevó el 18%. Contrario a lo esperado, las mujeres lectoras dejaron sin votos a George Clooney y a Val Kilmer.
Así pues, el primer Batman moderno es el Hombre Murciélago para nosotros.
El McCoy Maravilla.

Castigos...

La vida debería de parecerse más a los deportes. Siempre me ha parecido una cobardía que un jugador que ya capturó al quarterback lo agarre de las barras del casco y lo mande al suelo. Eso es rudeza innecesaria. Al menos en el juego tiene un castigo.
Ojalá así fuera acá afuera... que le dieran 15 yardas de castigo, que el afectado lograra el primero y 10 automático... que al 'malparido' lo pongan dos minutos en 'la congeladora', que lo expulsen una temporada, que le pongan multas de cinco mil dólares como en NASCAR, que al que fue a dar al suelo le den dos tiros desde la línea... O que la justicia divina cayera sobre el o la salvaje.
Ojalá hubiera árbitros en cada esquina...
McCoy