La red

El peligro de estar tanto tiempo en la red por trabajo, es que poco a poco se va convirtiendo en tu vida, si partimos de la premisa de que la vida es tiempo y por ende, todas esas horas frente a la pantalla, son, obvio, tu vida.
Y entonces estar en las redes sociales te hace de amigos, pero son personas que no conoces físicamente, que tal vez pongan una foto que te atraiga, pero… no los conoces.

Es increíble que, después de un tiempo, puedas hablar con tus amigos (reales) sobre todos estos amigos (de red) refiriéndote a ellos por sus nicks y como si llevaras más de 10 años de conocerlos… pero hablar de esa persona con la que fuiste al cine te cuesta trabajo, y ni les dices su nombre, porque como si es de carne y hueso, es probable que no quieras que todos se enteren que sales con él; tal vez porque, al ser real, no solo despierte simpatías, sino también antipatías.
Después de horas de comunicarte con estos personajes de red, un día deciden verse… y se ven. Sus miles de horas de plática siempre son amenas, pues no hay razón, tema o motivo para pelear, así que, obvio, la relación es cordial y amena. Aumentan la supuesta afinidad, pero, noticia, siguen sin conocerse, sin saber los problemas reales, las alegrías reales... eso es falso.
Tal vez para muchos sea juego, pero las redes sociales crean una realidad paralela, que, en muchos casos es imposible de separar. Y de nuevo, eso se debe a la necesidad de poder compartir con alguien.
Los trabajos nos están quitando tiempo (real) de convivencia (real). El tener la mente clara sobre lo que de verdad vale la pena es lo único que puede evitar que esta realidad virtual, dé un salto.
Todo puede iniciar con una inocente salida, de juego, y de pronto, todo tu mundo de red, sale al real.

Imagen: Alberto Montt.

El McCoy, quien por culpa del café, no puede dormir.