“Tenemos prohibido dar nuestros números de celular cuando nos los piden. Dar nuestros mails cuando nos los piden o cual medio de comunicación cuando nos los piden”, dijo a Conejo, D… la niña que este lunes nos atendió en el Hooters, cuando mi recién conocido se lo pidió.
Al poco rato regresó con el tarro de cerveza oscura que gané jugando americano en el Wii (escogí a Delfines y gané 5-0 sobre Patriotas).
“Pero no tengo prohibido decirte mi número que es 11 22 33 44* y que me busques en el Facebook como D… S… V…”, me dijo mientras dejaba el frío tarro sobre la mesa.
Esas son las cosas que le suben el ego a uno. Sonreí y le agradecí levantando mi tarro, sin decir más. Chris, el fuckin’ british me preguntó que si lo que entendió era correcto, le dije que sí y nos enfocamos a ver el Monday Night Football, que ganó su equipo, Vikingos, de manera apretada sobre Santos.
*Obviamente ese no es su número, así que ni le marquen.
De regalo, este otro cartón de Montt, quien cada día me gusta más.
El McCoy, quien escuchó lo que quería escuchar, de quien no lo quería escuchar.
3 comentarios:
que vamos le vamos a hacer amiguito??? dime!!
Mmmm, yo no dije nada... jajaja. Pues que presumido, yo no te creo nada de nada... Y Elma... ps no hagan nada, dejense querer. jajajaja.
¿Por qué no me pasan esas cosas a mí?
Será que necesito salir más con mis amigas? jajajajajaja!!
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