Back on track

Ahora que regresé a la impunidad que pone celosos a tantos, pude volver a una de las actividades que más amo y disfruto en el mundo mundial, el automovilismo. Y no a cualquiera, sino al mejor. Por primera vez desde 1992 un auto de Fórmula Uno rodó en el mágico Autódromo Hermanos Rodríguez.

Fue el Sauber BMW, manejado en diferentes turnos por Philipp Eng (quien además fue mi chofer en un 335I y me dio el Driver Training), Augusto Farfus y Robert Kubica.

Afortunadamente eran tres gatos los que nos enteramos de esto y pudimos disfrutar en primera fila de lo groso de un Fórmula Uno. Aquí les regalo este videíto que tomé gracias a que me metí ‘hasta la cocina’ para disfrutar de lo más alto de los autos.

Después, a disfrutar en pista. En pleno riel, pude quitarme lo oxidado en esto de las fotos y que cazo al BMW justo a más de 200 km/h…

Pero lo mejor del fin de semana fue ver de vuelta en un auto de carreras a mi hermanito Picho. Aún con muletas y sin poder estar mucho tiempo de pie, Picho ya estuvo en un monoplaza al tú por tú.

Sus pies han respondido muy bien a la rehabilitación y aunque la cicatrización aún no es al 100% esto nos da esperanzas a todos de que vuelva a estar en lo mejor del deporte mundial.

Para los lectores habituales de ‘La Pluma…’ pues ya sabrán lo que pasó… para los que no y estén interesados, pues busquen entradas viejas al respecto. Esta fue la cuarta carrera de Picho en menos de tres meses, primero en NY, luego en Shanghai, Brasil y México.

Así que ese primer finde de diciembre fue excelente. Pero las cosas no terminaron ahí.

Llegó a MX la Porsche GT3Cup Challenge, una serie que solamente se corría en los países top del mundo mundial. Y tuvieron la presentación en la pista Pegaso, por Toluca. Si bien no me dejaron probar el GT3 Cup (quesque porque solo hay uno por el momento), si me prestaron una Cayenne.

Solo puedo decir que cada día amo más a los autos alemanes. Así.

El McCoy, quien planea negocios a lo Madoff para comprarse una.