Dejemos a un lado la guaracha sabrosona del orgullo de México Celso Piña, y dejémonos cautivar por las dulces notas de su acordeón. Señores y señoras, niños y niñas... como diría el Chapu: a llenar! Otra de tequila, por favor...
jueves, 4 de octubre de 2007
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2 comentarios:
Enooorme.
El maestro Piña quería que todo México se reasgara las venas, pero cuando Rubén entró con su voz, nos recordó a todos que siempre hay una lucesota al final del tunel.
Soy su fanssssss
Y no es por eso que haya dejado de quererte un solo día, estoy contigo aunque estés lejos de mi vida, por tu felicidad a costa de la mía...
Me vas a hacer llorar Galván!
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