No sé dónde estoy. Vaya, que me encuentro en el asiento 8A del avión KLM que nos lleva de Ámsterdam a Niza, eso es claro, pero lo que no tengo idea es en que país me encuentro.
Supongo que hemos llegado o estamos cerca, debido a la enorme cantidad de agua que hay debajo. Llevamos (Picho, el piloto precioso, el héroe de la película) y yo, más de medio día en el aire. Salimos de México ayer (1 de noviembre) a las 20:30. Cuando tecleo esto son las 9:25 de D.F., del 2.
Es increíble la manera en la cual transcurre el tiempo… y cómo transcurre... de nuevo es noviembre y sin duda este ha sido un gran regalo de cumpleaños adelantado. Pensaba darme un viaje de regalo, pero no a Francia, sino a un lugar mucho más cercano, San Francisco... obvio, ni comparar, aunque las condiciones son distintas.
Pues sí, acaban de anunciar que aterrizaremos, que debo apagar la lap y entonces a continuar con esta odisea (que de verdad lo ha sido, y no me refiero a la caminata en Ámsterdam, sino a lo que pasó en la mañana de ayer, desde que fui a Santa Fe a entregar el proyecto hasta la llegada a documentar para el primer avión).
En fin, saludos desde espacio francés…
+++
Ya estamos en Niza. Ha sido una travesía. Pensaba redactarla, pero creo que es de esas experiencias que me quedaré, ante la complejidad de la crónica. Sólo una acotación, hoy (ayer) viví lo que Lola el día que no para de correr.
Este país me ha dado cosas inigualables. Todos saben que Esteban es mi hermano biológico, y que lo amo… pero también saben que tengo hermanos de no-sangre. ¿A qué viene esto? A que Francia me ha permitido recorrerlo con dos de mis hermanos, Azul en 2004 (París) y ahora con Picho, mi hermanito.
A ver que nos depara este bello país. No puedo quejarme, aunque en México se quedaron varias cosas que me gustaría tener ahora mismo al lado (Te quiero Rodrigaaaaaaa)…
Es hora de dormir… y mientras descargo más fotos, les dejo una de las primeras en Niza.
Le McCoy, quien solo atina a decir “merci”
Supongo que hemos llegado o estamos cerca, debido a la enorme cantidad de agua que hay debajo. Llevamos (Picho, el piloto precioso, el héroe de la película) y yo, más de medio día en el aire. Salimos de México ayer (1 de noviembre) a las 20:30. Cuando tecleo esto son las 9:25 de D.F., del 2.
Es increíble la manera en la cual transcurre el tiempo… y cómo transcurre... de nuevo es noviembre y sin duda este ha sido un gran regalo de cumpleaños adelantado. Pensaba darme un viaje de regalo, pero no a Francia, sino a un lugar mucho más cercano, San Francisco... obvio, ni comparar, aunque las condiciones son distintas.
Pues sí, acaban de anunciar que aterrizaremos, que debo apagar la lap y entonces a continuar con esta odisea (que de verdad lo ha sido, y no me refiero a la caminata en Ámsterdam, sino a lo que pasó en la mañana de ayer, desde que fui a Santa Fe a entregar el proyecto hasta la llegada a documentar para el primer avión).
En fin, saludos desde espacio francés…
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Ya estamos en Niza. Ha sido una travesía. Pensaba redactarla, pero creo que es de esas experiencias que me quedaré, ante la complejidad de la crónica. Sólo una acotación, hoy (ayer) viví lo que Lola el día que no para de correr.
Este país me ha dado cosas inigualables. Todos saben que Esteban es mi hermano biológico, y que lo amo… pero también saben que tengo hermanos de no-sangre. ¿A qué viene esto? A que Francia me ha permitido recorrerlo con dos de mis hermanos, Azul en 2004 (París) y ahora con Picho, mi hermanito.
A ver que nos depara este bello país. No puedo quejarme, aunque en México se quedaron varias cosas que me gustaría tener ahora mismo al lado (Te quiero Rodrigaaaaaaa)…
Es hora de dormir… y mientras descargo más fotos, les dejo una de las primeras en Niza.
Le McCoy, quien solo atina a decir “merci”
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