Renato Amoroso recuerda todo de Malèna. El vaivén de caderas al caminar rumbo al mercado, lo perfecto de sus labios, el aroma de su cabello y lo suave de su piel. ‘‘Hubo una mujer que jamás me pidió que no la olvidara, y es a la única que no olvido’’, dijo mientras Monica, vestida como Malèna, le retumbaba una y otra vez en el corazón. Lo entiendo. Lo vivo a diario. Amoroso, este tequila es por ellas, nuestras Malènas.
McCoy
sábado, 21 de julio de 2007
Buona fortuna, signora Malèna
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