Desde que inició el proyecto de Indigo me enamoré de él. Cuando me enteré que el creador era mi exjefe Ramón Alberto Garza, supe el porqué me había gustado tanto.
Así, cada semana he descargado Indigo, en todas sus versiones. Es un periodismo serio, bien hecho, entretenido… ese al que siempre dan ganas de pertenecer. Y aunque jamás he tenido la oportunidad de colaborar con ellos, no pierdo la esperanza de hacerlo... no sé cuando, pero espero que así sea.
Quien sí está y haciendo las cosas de una manera brillante, es mi amigo Arturo Aguilar, a quien también pueden leer (cuando le pega la gana) en el Microbus.
Me da envidia su trabajo, de verdad, y de esa envidia malsana, culera pues, pero no dejo de reconocer que si está ahí no es de gratis.
Cuando me mandó una alerta para preguntarme si un reportero de Indigo en DF me podría entrevistar, no tardé en decirle que sí. Fui a las oficinas (justo en el día de la mega marcha frente al Ángel) y como no estaba el reportero inicial, fui entrevistado por Ángel Dehesa, quien también trabajaba con nosotros hace unos ocho años, en EsMas.com.
El que haya sido él, a quien conozco y con quien me llevo bien, sin duda permitió que pudiera hablar con soltura de un tema del que pocas veces hablo en serio, pese a su trascendencia en mi vida.
Aquí les pongo la liga para la edición de esta semana.
http://experiencia.indigobrainmedia.com/web/piensa/edicion117/#1/1
La nota empieza en la página nueve, mi pedacito de entrevista en la siguiente página. Ya que me vean, entonces les recomiendo que sigan hojeando Indigo, que no tiene desperdicio.
El McCoy, quien hizo un post serio.