Caminar de nueva cuenta por esas calles aparentemente olvidadas por Dios es realmente revitalizante. Esquivar los puestos ambulantes no es un problema, es más bien un deleite para los ojos que saborean la infinidad de colores y formas que ahí se exhiben.
Y entre tanta gente, de pronto un diminuto sujeto sobresale. Camina en dirección contraria a la mía y mientras lleva una mano al pecho le grita a su amada: ‘‘Aquí te traigo’’, con una pasión pocas veces observada. Su sinceridad es un poema; es magnífica su declaración de amor.
Un par de metros delante de nueva cuenta caigo seducido… esa voz que habla con tanta confianza me deja paralizado: ‘‘Es horrible llegar a casa y tardarse medio programa tratando de que la antena encuentre la señal de ese canal que quiere ver, y eso es porque las antenas son dos tubos cromados y huecos. Por eso hoy le vengo a mostrar esta antena que le permitirá ver todos los canales, esto es gracias a su tecnología de dos barras, una resistencia y la obtención de toda la ganancia, lo único que tiene que hacer es cerrar el circuito y conectar… y vea, la imagen es perfecta’’.
Quiero comprar una para observar la vida con claridad y me informa que solo sirve en televisores, aunque es atractivo el saber que con esa antena jamás volveré a perderme mis programas favoritos.
La guitarra de Santana se pierde ante el ritmo de Daddy Yankee y prefiero encender mi iPod mientras sigo con el recorrido. Librería Esotérica, ejemplares en cinco y 10 pesos. ‘‘Que barato está el mundo de las almas’’, pienso mientras llevo mis manos a los bolsillos para no sentir el frío viento que comienza a soplar.
El olor de los elotes quemándose y el vaivén de caderas de esa rubia turista hacen que me olvide de mi búsqueda. Reacciono al ver el letrero de aquella tienda de fotografía. Tampoco aquí hay.
Al salir, la lluvia comienza a caer con fuerza y me veo obligado a entrar a la librería de viejo. Los años no han pasado por este lugar, no así las vendedoras, que –aunque más jóvenes-- mantienen el mismo perfil: estudiantes que presumen el lugar donde trabajan. Lo que si ha cambiado son los precios: 150 por el Viejo y la mar… usado. Prefiero regresar a la calle. La lluvia se ha ido y el agua le ha dado mayor vida al paisaje.
Dejó que mis pasos me saquen de ese mágico lugar y enfilo mi camino a ese edificio de cinco pisos que me vio crecer. Esta es la vida…
McCoy
jueves, 30 de agosto de 2007
Colores
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2 comentarios:
Hola McCoy...
Volví a leer esto q escribiste y no hice más q trasladarme de nueva cuenta hasta ese lugar.
Pero no sólo eso, sino que atrapé todos los colores, olores y sabores del momento mismo.
Se nota q cada palabra se te desbordó y me da gusto sentir la forma en q canalizas la melancolía q a veces te dejan algunos momentos de la vida.
Tu fan # 1
La Muñe
Victi, Victi!!!! te encargo plis que me avises si encuentras alguna de esas antenas que te ayuden a ver la vida con claridad, no dudo que algún día me hará falta.
Besos muchos!!!
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