Y de pronto recordé que tenía esta pluma. Donde compartía historias reales y ficticias. Donde podía redactar cuentos y poner fotos. Y creo (al menos quiero) que estaré de vuelta...
Así, sin mayores anuncios, solo las letras que de la pluma emanen, y tus ojos, que sin saber cómo, llegaron acá.
El McCoy, quien espera no haber olvidado cómo se hacía esto...