miércoles, 28 de diciembre de 2011

Tintin, desde que era Totor

Soy un tipo afortunado. Hay personas que luego de vivir 70 u 80 años descubren que no tuvieron ninguna pasión. En mi caso no es así, al contrario. Desde niño he tenido pasiones que me han permitido vivir con mayor emoción y disfrutar demasiados instantes.

Los cuatro lectores de ‘La Pluma…’ han tenido la oportunidad de conocer algunas de esas pasiones, y saben que los comics ocupan de los primeros lugares en la lista.

Y entre mis personajes favoritos, destaca Tintin, un joven reportero a quien conocí hace tantos años.

Tintin, a diferencia de otras pasiones, no estaba en casa cuando nací. Mi padre no coleccionaba sus aventuras y tuve que encontrarlo fuera. Estaba en una librería de viejo y lo vi. Esa cara ovalada me llamó la atención y comencé a hojear el libro.

Yo estaba en secundaria y las historietas que estaban en casa habían sido leídas miles de veces, por lo que era el turno de nuevas vivencias.

Poco a poco me hice de esos libros que venían de España gracias a Editorial Juventud y que casi no se encontraban acá.

Los años pasaron y me pude hacer de varios, pero encontrar a Tintin en español era casi imposible. Después, Cartoon Network comenzó a transmitir la serie de caricaturas que reproducían todas las aventuras del joven reportero y de su inseparable fox terrier, Milú (ahora saben porque a Camila, nuestra mini schnauzer de 10 años de edad, siempre le he dicho Milú).

Así pude conocer las historias que jamás había podido conseguir.

Años después, en 2004 y luego de investigar la vida de Georges Prosper Remi, Hergé, el creador de Tintin, pude ir a Francia, un país que adoptó a la creación del artista belga, y compré un par de libros más.

Además, en París, me hice de una veintena de postales que Blue tuvo la paciencia de buscar conmigo, y de un magnífico poster que Claudia me ayudó a encontrar. En Mónaco, en 2008, cuando acompañé a Picho a probar un World Series by Renault a Paul Ricard, pude tomar fotos de la tienda de Tintin y siempre ha sido una búsqueda por la mayor cantidad de objetos, no siempre con éxito, gracias a la fortaleza del euro y la pobreza de nuestro peso.

No hace mucho, finalmente me pude comprar la caja completa con las aventuras de Tintin, en inglés, ante mi ignorancia en el francés. Es hermosa, en sólo ocho tomos tiene todas sus aventuras, además de material adicional, una joya.

Además, @PatyCordero me trajo de Inglaterra una figura de Tintin cargando a Milú que hoy tiene un lugar principal frente a mi cama.

Después, Becky fue a trabajar a Madrid y me consiguió la primera aventura de Tintin, En el país de los Soviets, en una brillante edición de colección. Es aquí donde logra su característico copete, pues se sube a un auto convertible y por la velocidad, su fleco se va hacia arriba. Desde entonces no pudo cambiar su peinado.

La magia de Tintin radica en miles de elementos. El ser políticamente incorrecto es uno de ellos. No vemos al clásico personaje para niños que ama a todos. Tintin, quien nació con el nombre de Totor en un pasquín de boy souts en Bélgica, desprecia a los delincuentes, pelea contra los bolcheviques, criticaba al fascismo, se burlaba de los judíos y de los negros y tenía conocidos locos, alcohólicos o brutos, en una palabra, era humano.

Hergé (nombre que escogió Georges por ser el sonido de sus iniciales invertido) utilizó a Tintin, en infinidad de ocasiones, para dejar en papel sus vivencias. Muchas de las aventuras tienen páginas enteras de motivos biográficos y eso le da un encanto extra al reportero, pues hace que le veamos de carne y hueso.

No voy a poner miles de datos que pueden ser fácilmente encontrados en la red, ni todos mis libros escritos por Hergé o por otros autores analizando a Tintin (existen obras completas, desde psicológicas hasta sociológicas). Este post estaba en el tintero desde hace muchos años y la película basada en El Secreto del Unicornio ha sido el pretexto para que, finalmente, vea la luz.

Sobre el filme, debo decir que ha sido mi favorito del año. Tampoco es un secreto que Steven Spielberg es otro de los tipos que admiro, y en su incursión en la dirección computacional, no es la excepción.

Las tomas están llenas de los elementos que le caracterizan. La cara Spielberg (esos close ups a los personajes), las persecuciones a la Indiana Jones o Star Wars están en toda la película y se empalman a la perfección con los encuadres de Hergé en el libro de El Secreto del Unicornio.

La adaptación es sublime y simplemente no tiene desperdicio. “El Secreto…” no es de mis historias favoritas, pues Hergé la creó cuando estaba la ocupación nazi en Bélgica y trabajaba directamente en un periódico controlado por el gobierno alemán.

Además de que le trajo varias criticas por “vendido y no luchar contra la censura”, en ese periodo se olvidó del Tintin investigador y pasó la trama a los personajes secundarios. Es una historia del Capitán Haddock y la búsqueda de un tesoro, y Tintin ya no mete la nariz en los problemas de los gobiernos, como nos tenía acostumbrados.

El tema musical que nos habían dado en la caricatura, además de la emocionante cortinilla, es suplantada por un brillante arte que recuerda los bocetos de Hergé, pero que le resta calidez a la cinta, al menos para los que somos verdaderos fans.

Pese a ello, es sublime. Sin duda la veré cuantas veces pueda y seguiré disfrutando de Tintin y de Milú, además de que mantengo la emoción al saber que Peter Jackson y el propio Spielberg han anunciado otras cintas.

Espero que estas líneas sirvan como un sincero homenaje a Hergé (quien se ve en la película, para beneplácito de muchos) y para que alguno de ustedes, mis cuatro lectores, se interese por este reportero que siempre ha tenido los ojos bien abiertos.

El McCoy, quien se mantiene encantado por las aventuras del reportero del Petit Vingtieme.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Los nombres de los colores

El McCoy, quien confirma que el "coral" no es un color...

domingo, 18 de diciembre de 2011

Horas extra

Y es que la vida está muy cara y hay que sacar lana de dónde se pueda...

El McCoy, quien está pensando en tener una asistente...

¡Ratón!


El McCoy, quien ama a los ratones...

Lucas 21:27



El McCoy, quien siempre ha creido en La Bíblia.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Casi poético

Sólo para entendedores... XD
El McCoy... quien navegaba por 9gag... then, I took an arrow in the knee.